jueves, 29 de enero de 2009


En un paisaje sombrío, donde los sentimientos, se congelan.
Una ves, una niña , recorría los caminos helados, de la espesura del bosque, en busca de cobijo , de luz, en un lugar de sombras.
Se tumbó al pie de un gran roble, que en un tiempo atrás daba cobijo en sus ramas a los pájaros, ahora inexistentes; la niña lloraba , recordando el calor, la seguridad, ..............., sus lágrimas se volvían de cristal, tan frágiles, como su pequeño corazón, que aleteaba igual que un pájaro. En aquel silencio ensordecedor, sólo se oía el llanto de aquella niña, que buscaba un corazón cálido.
Hoy en día, aún se puede oir a la pequeña llorar, en los bosques helados.

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